HACE CASI CINCO AÑOS Y LA ILUSIÓN SE MANTIENE INTACTA. A PESAR DE LAS GRAVÍSIMAS DIFICULTADES...
HOY, 2020 EN PLENA PANDEMIA DEL COVID-19, EN EL CIELO DE LA PLAZA SIGUEN LOS VENCEJOS.
SIEMPRE LOS HE CONSIDERADO COMPAÑEROS DE FATIGAS.
(Escrito por mi la madrugada del 15 de junio de 2015 cuando esperaba que abrieran en el Ayuntamiento para acceder por primera vez a la Alcaldia como Alcalde. Parece que fue ayer...)
"LOS VENCEJOS, EL RETO Y DON ANDRES"
Me encuentro sentado frente a la Iglesia y el Ayuntamiento, en el mismo lugar donde estaba el portal de la Tienda de Tejidos de Antonio Lorca. Todavía no aparecen las primeras luces de la mañana y, absorto, observo los vencejos revoloteando la plaza, cazando mosquitos para alimentar a sus crías en los nidos de las cornisas.
Se agolpan en mi mente los recuerdos con mas de medio siglo de distancia. En ese mismo lugar, esperaba al Cura Chico (Don Andrés), para ayudarle a oficiar la Misa de Aurora.
Cuando escucha el sonido de sus zapatos, bajando por la calle Vidal Abarca, saltaba yo corriendo hacía el Ayuntamiento (abierto toda la noche) para que el portero o los serenos, me diesen la llave de la Puerta Principal de la Iglesia, que se custodiaba en la Casa Consistorial en los tiempos en que la Iglesia y el Poder era una sola cosa.
Era muy temprano, pero los jornaleros del campo, se agolpaban en el bar de Miguel,con un bullicio inconfundible, esperando a que alguien los contratase ese día, si no lo habían hecho la noche anterior en las barandas del puente. como hoy hacen los inmigrantes en la zona de la Turra.
Hoy, más de 50 años después, un pueblo se despereza, como entonces, y se mueve, iniciando la dura semana. Inmigrantes que caminan, para dejar a sus hijos al cuidado de alguien e intentar que alguien los contrate. Jóvenes, trabajadores que van a iniciar su jornada y los vencejos, siguen ahí, como hace tantos años...
Por un momento, sueño con que voy a ver aparecer al Cura Chico (don Andrés), el sonido de sus zapatos, cuasi arrastrando las sotanas, por la esquina del Casino y saltaré hacía el Ayuntamiento para recoger la llave de la Iglesia y preparar todo para la misa.
Pero despierto de esa mezcla de sueños y recuerdos y me encuentro con otra realidad. Apasionante y complicada, como si tuviese enfrente una fiera, con las fauces abiertas, esperando...
Como entonces, sigo siendo un soñador y, como entonces, estoy convencido de que DE ÉSTA, SALIMOS JUNTOS. Un abrazo y mis mejores deseos para todos/as. voy poner todo mi empeño en no fallaros.
Como la misma ilusión y sueños de entonces.
Juan José Cánovas, alcalde de Totana